Primero, un testamento lo coloca a usted en el asiento del conductor cuando se trata de tomar decisiones sobre quién obtiene qué perteneciente a su propiedad. Nadie más. Ni su familia, amigos ni los tribunales.

Segundo, usted decide quién es la persona que se encargará de la transferencia de la propiedad cuando fallezca. Esto es importante porque cuando muere sin tener un testamento, los miembros de la familia a menudo se pelean entre ellos tratando de determinar quién será el responsable de la transferencia. Entonces, muchos terminan con un familiar que es irresponsable administrando su propiedad y la transferencia de la misma.

Tercero, puede designar un guardián para sus hijos menores en contra de que su familia lo averigüe.

Cuarto, siempre puede cambiar su testamento en cualquier momento si sus circunstancias cambian. Un testamento es revocable, por lo que no está escrito en piedra. Sin embargo, en el momento en que falleces se vuelve irrevocable.

Quinto, un testamento es muy económico. Se vuelve caro cuando no tienes uno, pero lo necesitas y es demasiado tarde para crear uno. Recuerde, hay ciertos requisitos que deben cumplirse para que el testamento sea válido. Uno debe tener la capacidad mental adecuada. Por ejemplo, si tiene demencia, es posible que ya no tenga la capacidad mental para firmar ningún documento legal.